FIESTA DEL ZARRÓN
Fiesta Local declarada de Interés Turístico Regional.
San Pascual Bailón (1540-1592) fue un fraile franciscano, nacido en Torrehermosa (Zaragoza) a 54 km de Almazán (Soria), que de niño había sido pastor. Se cuenta que cuando oraba en algunas ocasiones se ponía a bailar de júbilo, de ahí que exista la teoría de que su apellido fuera en realidad un apodo. Pascual fue canonizado por el papa Alejandro VIII en 1690.
La Fiesta del Zarrón está vinculada a la fundación de la Cofradía de San Pascual Bailón, en 1816. Originalmente los miembros de la cofradía eran pastores y también ganaderos y eligieron al Santo como patrono. La Cofradía instituyó originalmente una celebración solemne el 17 de mayo, día del Santo, con vísperas, misa y sermón y el día 18, día de San Pascualillo, con un Oficio de Difuntos.
La fiesta tiene un simbolismo relacionado con la actividad pastoril muy ligada a la vida de la provincia de Soria. El personaje del Zarrón se ha ido haciendo cada vez más popular hasta convertirse en el protagonista. Su función original era la de controlar a los jóvenes que molestaban a los cofrades en la procesión, pero su aspecto fiero y su comportamiento violento lo ha convertido curiosamente en una figura provocativa de la que hay que cuidarse. Los personajes principales que intervienen en la fiesta son:
El Palillero es quien dirige el Baile del paloteo, acompasando con una gran castañuela, el ritmo de la música. Porta un saco a la espalda con los palillos o palitroques utilizados en la danza. Se requiere que antes haya sido danzante.
Los Danzantes, grupo compuesto originalmente sólo por hombres, simbolizan al rebaño y visten los trajes típicos de la Ribera del Duero. El atuendo femenino o piñorra consiste en un justillo de terciopelo, una falda roja con galones negros, un delantal de picote (tela áspera y basta de pelo de cabra), medias blancas de lino o algodón y un mantillo o mantón de Manila, todo ello ricamente adornado con encajes, puntillas y bordados y realzado con pendientes, broches y otras joyas. El hombre viste chaqueta corta de terciopelo negro, con cuello vuelto y botones de plata o bronce, y calzón corto, también de terciopelo, con medias de punto blancas, y alpargatas o albarcas de cuero y lleva castañuelas.
Los Zarrones representan a los pastores que cuidan el rebaño y visten recordando a los antiguos pastores de la zona: zamarra de piel, zahones o calzones de cuero marrón, polainas y albarcas. Un sombrero ancho cubre su cabeza, tocado con plumas de buitre o águila y rabos de zorro colgando por la parte posterior. En la mano llevan una zambomba o garrote unido por una cuerda a una funda alargada de lona o de cuero rellena de lana. Portan también una colodra, (cuerno de buey con tapadera de plata), en la que lleva la soparra (pan remojado en vino con azúcar y canela).
Los zarrones son voluntarios de la Cofradía de San Pascual. Para ser zarrón hay que tener unas buenas condiciones físicas ya que a lo largo de la fiesta realizan muchas carreras persiguiendo a los jóvenes y pegándolos con sus zambombas. Los zarrones también danzan, en torno al grupo de danzantes, protegiendo el baile a la vez que despejan la calle. Todos llevan barba recordando la figura del pastor que se afeitaba cuando llegaba a su casa, después temporadas fuera de ella. Acabada la fiesta, y según la tradición, acuden al barbero quien les afeita a cambio de un poco de soparra.
Mayordomos. El entrante acompaña y ayuda a zarrones y danzantes y ofrece su casa o un local a todos ellos. Asiste a todos los actos, junto con el Mayordomo saliente. El primero también es quien lanza al suelo los caramelos que los jóvenes intentan coger a pesar de los zarrones. Conserva durante un año su cargo.
Las fiestas, que discurren durante dos días y cuentan con un gran arraigo popular, han sido declaradas de Interés Turístico Regional. Arrancan la víspera del 17 con el anuncio del toque de las campanas de la Iglesia de San Pedro Apóstol y un ensayo general de Danzantes.
El día 17 de mayo
A las ocho de la mañana un pasacalle acompañado por una charanga de jóvenes que forman parte de la banda municipal, recorre las calles desde el domicilio del mayordomo hasta las viviendas de los danzantes y de los zarrones.
Hacia las 10:30 los Zarrones se dirigen a la casa del Mayordomo entrante donde preparan la soparra a la vez que realizan unos ejercicios de calentamiento. Los danzantes también acuden. Una hora después sale el cortejo, presidido por el pendón de la Cofradía de San Pascual Bailón seguido de grupos de danzantes formando parejas y tocando castañuelas, dirigidos por el Palillero, encaminados hacia la Iglesia de San Pedro. Distintos instrumentos interpretan “La danza del tío Zarrón”, de autor desconocido. A las dulzainas, tamboril, bombo y platillos se unen también las gaitas. Detrás desfilan los dos mayordomos, entrante y saliente, con las varas de la Cofradía. La Mayordoma y otra joven portan roscas y rollos de masa, aceitados y anisados según la tradición. Incorporadas las autoridades al cortejo en la Plaza Mayor, cesa la música al entrar en la Iglesia de San Pedro cuando tiene lugar la Misa en honor de San Pascual Bailón.
Acabada la ceremonia, sale a las calles la Procesión. El Santo, portado por cuatro cofrades, es escoltado por los mayordomos. Delante se sitúan los danzantes que danzan de cara a San Pascual, acompañados por el palillero, y los zarrones que deben escoltar la comitiva, acompañados por el grupo de músico habitual “Los Soplagaitas”.
Hacia las tres de la tarde se organiza, en La Arboleda, una comida comunitaria. Los miembros de la Cofradía preparan el fuego para los guisos y se reparte vino entre los presentes. Por la tarde a las siete, se celebrará un baile infantil en la casa del mayordomo. En los últimos años han surgido niños zarrones que al igual que los niños y niñas danzantes actúan en procesiones infantiles. No puede faltar, a partir de las nueve de la noche, la verbena amenizada por una orquesta hasta las cuatro de la madrugada.
El día 18 de mayo, San Pascualillo, se repetirá la misma diana floreada o pasacalle matinal y a media mañana se celebra la Misa por los Difuntos. No hay procesión, pero los danzantes recorren las calles de la ciudad sin dejar de bailar y, por supuesto, los zarrones no cesan en sus carreras.