Es una escultura de bronce que se encuentra justo delante de la Casa de Cultura. Fue una donación del escultor felanitxer Jaume Mir en 1992.

Jaume Mir (1915-2012) fue uno de los escultores mallorquines más prestigiosos del siglo XX y su obra y rigurosa técnica es reconocida internacionalmente.

En enero de 1992 en la Casa de Cultura se realizó una gran exposición dedicada al escultor felanitxer con motivo de la concesión de la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes. La exposición recogió una buena muestra de todo su trabajo. El acto inaugural congregó tanto público que llenó totalmente el salón de actos. Al finalizar la exposición, Jaume Mir decidió regalar dos de sus esculturas al pueblo de Felanitx. Una de ellas es este hondero.

Aunque es bastante variada, su obra se inspira en muchas ocasiones en fuentes religiosas, mitológicas o históricas, y se caracteriza por expresar el sentido mítico, legendario y épico que tienen las figuras que conforman el imaginario balear, como los Honderos, la Balanguera, la sibila Nuredduna o Joanot Colom. Jaume Mir ha trabajado con materiales tan variados como el bronce, el mármol, la madera, la piedra de Santanyí, la piedra viva, el metal o el barro, lo que remarca el carácter polifacético de sus esculturas. Su obra se ajusta a los cánones del clasicismo y del realismo.

Aunque este hondero tiene una apariencia serena y reposada, muchas de sus esculturas se caracterizan por representar la figura humana en los momentos de máxima tensión, dotándolas así de trascendencia, de sentido épico y de una mayor expresividad. Las posturas que adoptan sus personajes revelan un conocimiento y dominio exhaustivos de la anatomía humana.

De su obra destacan otros honderos como los que hizo para el Parlamento de las Islas Baleares o los del Campus de la Universidad de las Islas Baleares. Su entusiasmo hacia esta figura emblemática que ha tratado reiteradamente a lo largo de su carrera, le llevó incluso a recrear escenas imaginarias de su vida cotidiana y familiar.

Jaume Mir realizó numerosas esculturas y relieves para diversas instituciones y entidades, buena parte de los cuales están instalados en espacios públicos, también hizo varios pasos de Semana Santa, del que destaca el del Santo Entierro (1952) y también ha obrado numerosas esculturas para mausoleos de distintos cementerios de la isla de Mallorca.

Jaume Mir fue director y catedrático de la Escuela de Artes y Oficios de Palma, premio Ciudad de Palma en dos ocasiones y miembro de la Real Academia de San Fernando y de la de San Sebastián.