El impuesto sobre el patrimonio castiga más a los directivos que a las grandes fortunas
El impuesto sobre el Patrimonio no es ni equitativo ni progresivo: hay diferencias abismales entre lo que pagan contribuyentes que se sitúan en el mismo tramo de riqueza declarada y, además, se produce la paradoja de que quienes tienen más de cinco millones de euros de patrimonio acostumbran a pagar un tipo real inferior que los que están por debajo de esa cifra. Ese sesgo se produce básicamente por la configuración del tributo, que acaba gravando más a directivos que han forjado su fortuna sobre la base del ahorro que a propietarios,...